Excelente
por parte de Demon Doll Records recuperar esta pequeña joya perdida
en el tiempo de una gran banda como fueron Back Alley Sally.
Originalmente
editado en 1995 por la independiente Big Bang Records, no merecieron
toda la suerte que tenían haber tenido, tal vez salieron a la luz en
una época equivocada y en el lugar equivocado, si en vez de mediados
de esa década hubieran salido a finales creo sinceramente que se les
hubiera hecho más caso que el que se los hizo, las miras a finales
de los 90 estaban puestas otra vez en el rock n`roll incisivo, puro y
simple y ahí creo que Back Alley Sally hubiesen encajado a la
perfección con bandas como Buckcherry, New American Shame o American
Pearl, pero las modas de la prensa musical estaban puestas en el
horrendo post grunge y en ver quien era la siguiente estrella del
punk rock melódico, dando la espalda a gente que se dejaba la piel
tocando rock n`roll de verdad y el primer disco de esta gran banda
pasó más desapercibido que otra cosa, eso sí ahí quedó por el
resto de los restos y ahora Demon Doll Records lo ha rescatado para
disfrute de todos los que amamos esta buena música. La banda
compuesta por Mark
Stone – Vocalista, Michael Sexton – guitarrista principal, Mike
Thomas guitarrista rítmica, Cory Dom, bajista y Martin Gaboury,
batería, empieza
el disco con lo que podría haber sido todo un clásico como es ese
Walking Down The Road, con
ese ritmo tan vacilón y con un Mark pletórico en todo el disco un
tipo que para mí era la mezcla perfecta entre Steven Tyler y
Joe Lesté y con el descaro necesario para afrontar cada tema de la
banda sin vergüenza alguna, seguido
de ese medio blues n`roll que es changing me, pausado y descarado
para arrastrarte a menear tu cuerpo con Woman For Me, queda claro que
los chicos querían un poco de diversión, estos
tipos tenían el fuego de unos jóvenes Aerosmith como lo dejan
patente en Candy Cane, suenan a unos primerizos The Black Crowes pero
más colgados de cerveza y cocaína, desde luego Black Alley Sally me
gustan mucho más. Thing Are Gonna Change medio tiempo acústico,
pausado y precioso para dar paso a ese Number One, que es donde la
banda se merecía haber estado, con un ritmo, riff y un solo vacilón
y pasota que
significa un todo middlefinger en
la cara de todos aquellos que creían que la buena música estaba
muerta. Gone
For Good me hace hervir la sangre, desde el inicio con ese empiece
blues tan encantador para desgarrarse Mark
el
alma en tan maravillosa
canción, Waste
My Time medio tiempo cachondo donde no se tomaban la vida demasiado
en serio, con
estupendo solo muy Joe Perry de parte de Sexton. Dreamer
de mis favoritas del disco, hiriente rock n`roll directo a la
yugular, la banda está preparada para pelear duro para conseguir sus
sueños, enchufarla bien alto, No
Love más
rock
n`roll mordaz con la energía necesaria para hacerte funcionar a lo
largo de todo el día. Ain`t The Same bonita balada, acompañada de
eléctricas, acústicas y un bello piano, no podría quedar mejor,
los chicos también tenían su corazoncito, precioso
solo de guitarra, corto y sin virtuosismos y con el feeling necesario
para hacerte llegar al cielo. Don`t Kill Yourself, los chicos eran
buenos componiendo medios tiempos serpenteantes y envolventes, para
acabar con Cocaine, una oda a la mierda que va directa a las fosas
nasales, lasciva, sexual y juerguista, así eran Back Alley Sally,
una banda injustamente infravalorada y que ahora Demon Doll Records
se encarga de reeditar, con un nuevo booklet y digitalmente
remasterizado para deleite de todos nosotros, haceros el favor y
conseguir este disco, puro rock n`roll, con todo el descaro sleazy
que puedas imaginar y con muy buena ejecución por parte de los
chicos, una pena que pasara tan desapercibido en su momento. Rock
n`Roll Forever!!!!!.
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